Cómo disciplinar a un niño que pega – 3 técnicas sencillas

Aprender a disciplinar a un niño pequeño que pega es una tarea difícil. Los niños pequeños son muy difíciles de manejar, y cuando arremeten contra ti o te pegan puede resultar muy abrumador.

Su hijo pequeño está mostrando emociones a un nivel más intenso. A medida que comienzan a desarrollarse y a superar los hitos psicológicos, empiezan a encontrar formas alternativas de expresarse.

Los niños pequeños están aprendiendo continuamente. Esto incluye lidiar con nuevas emociones y esto puede causar respuestas conflictivas. Los sentimientos más difíciles de manejar son el dolor, la tristeza, el enfado, los celos y el miedo.

Puede ser difícil para la mente de un niño pequeño manejar estas grandes emociones, ya que busca expresarlas de forma verbal. Sin embargo, sus mentes aún no han descubierto todas las palabras necesarias para expresar los sentimientos extremos de forma tranquila.

Esto provoca fricciones en la mente, ya que el bebé se esfuerza por lidiar con las emociones y las reacciones de otras personas ante ellas.

Por lo tanto, ésta es la principal razón por la que un niño pequeño golpea a otros niños o a ti. Intentan expresarse pero no son capaces de hacerlo verbalmente porque su vocabulario es todavía limitado.

Investiguemos algunas estrategias en materia de disciplina y niños pequeños que pegan a otros.

Cómo disciplinar a un niño pequeño que pega

Paso 1: Estar tranquilo

Este es su primer punto de acción. Aprender a disciplinar a un niño pequeño que pega requiere mantener la calma. Tu papel es ser consciente de la forma en que reaccionas a las frustraciones de tu hijo.

Intenta resistir la tentación de mostrar niveles extremos de frustración de vuelta. Esto puede ser difícil, sobre todo cuando tu hijo pone a prueba tu paciencia o tiene una rabieta «tipo volcán «.

Su primera respuesta suele ser dura. Es decir, «Deja de tirar esos juguetes, deja de pegar o te meterás en problemas».

Una mejor manera de manejar la situación es mantener la calma y acercarse al niño a su nivel. Arrodíllate o siéntate y explícale amablemente a tu hijo que «pegar es inaceptable y que golpear hace daño a los demás».

Paso 2: ser proactivo

Para saber cómo disciplinar a un niño que pega hay que tomar medidas proactivas para controlar la situación.

En primer lugar, asegúrese de que los golpes se detienen. Intenta interponerse en el golpeo si es contra otra persona. Si se dirige a ti, coge la mano de tu hijo suavemente e intenta detener sus intentos.

No es el momento de tratar de obtener una explicación de ellos o de preguntar por qué creen que es malo pegar. Eso vendrá después. Intenta que se sienten si están de pie o si se necesita espacio puedes darles unos segundos para que se calmen.

Paso 3: Tiempo de espera

Estos funcionan bien para los niños mayores y pueden darte unos merecidos minutos para reagruparte y recuperar la compostura.

Un niño pequeño que pega suele estar muy nervioso y puede estar pasando por una variedad de emociones mayores. Llegar al fondo del incidente puede llevar algún tiempo, por lo que enviarlos a una «Silla de tiempo muerto» o a la «Zona de tiempo muerto» debería servirles a ambos.

Si no se tranquiliza o sigue golpeando, tendrás que repetir los pasos 1 y 2 hasta que se calme lo suficiente como para responder correctamente al tiempo fuera.

Intenta no comprometerte demasiado con tu hijo pequeño. Necesitan tiempo para enfriarse y volver a un estado de calma normal.

Procura que el tiempo fuera no esté cerca de otros niños o de otras actividades estimulantes, ya que los beneficios de estar solo y reflexionar sobre su comportamiento se verán disminuidos.

Recuerda que tu trabajo consiste en ralentizar la respiración y los latidos del corazón de tu hijo. Ambos están furiosos después del incidente, así que intenta no tener ningún comportamiento que los mantenga en estado de furia.

Por último, el tiempo de espera no debe ser excesivo ni demasiado corto. Una buena regla general es 1 minuto por cada año de edad. Así que un niño de 3 años necesitaría unos 3 minutos.

Paso 4: Retroalimentación y evaluación

Tienes que dar a tu hijo pequeño información sobre su comportamiento y hacer que evalúe por qué su elección de expresión fue errónea.

Intenta centrarte en por qué está mal pegar a los demás y en cómo afecta a otros niños (o a ti). Además, hay que empatizar con ellos para conectar con sus sentimientos de agresión y dolor.

Por ejemplo: «Cariño, comprendo que te hayas enfadado al no poder ver tu programa de televisión favorito. Sé que eso te enfada. Pero pegar no es la forma correcta de expresarse. A mamá le dolió mucho que le pegaras en la pierna. Pensemos en otras formas de mostrar la tristeza o el enfado, ¿vale?»

Esto demuestra a tu hijo que comprendes sus sentimientos y que quieres ayudarle a expresarlos.

Los niños pequeños no son capaces de expresar sus sentimientos de manera eficaz, por lo que arremeten contra ellos como forma de expresión. Al decirles «esto te hace sentir triste, esto te hace sentir enfadado, etc .», les estás mostrando directamente que les comprendes.

Esta es una gran manera de mostrar empatía.

Paso 5: Desahogar las emociones

Intenta encontrar formas proactivas para que tu hijo desahogue sus expresiones.

Los niños pequeños acumulan emociones negativas a lo largo del día (al igual que los adultos) y necesitan una forma de desahogar estos sentimientos.

Pegarte a ti o a los demás nunca está bien, pero pegarle a una almohada o a un juguete sí. Un buen ejemplo de ello es una batería de juguete. Se puede utilizar como instrumento de expresión y puedes usarlo siempre que tus hijos necesiten sacar su rabia.

La sensación física de golpear es una forma estupenda de descargar la ira o la tristeza, y si contrarrestas sus ganas de pegarte golpeando la batería, te resultará mucho más fácil controlar el comportamiento.

Si eso no funciona, prueba a saltar, a golpear contra las almohadas o incluso a salir a la calle y gritar.

Todas estas son formas aceptables de desahogar las emociones y le enseñarán a tu hijo mejores formas de expresarse.

Paso 6: Elige tus batallas

Cuando se trata de mantener a los niños pequeños contentos, siempre es una lucha ardua. A veces ganarás y otras no. No puedes ganar todas las batallas, ya que sería una tarea que consumiría mucha energía.

En lugar de ello, escoge tus batallas con cuidado. Los niños pequeños suelen pasar por la «fase de los golpes» entre los 18 meses y los 3 años.

A partir de los 3 años, están mejor preparados para expresarse sin recurrir a acciones físicas. Con esto en mente, sabes que este tipo de comportamiento es probablemente sólo una fase y puedes elegir tus batallas cuidadosamente e intentar ganarlas.

Los mejores para elegir son los de casa, ya que controlas el entorno.

Cuando estés en un entorno social, puede ser mejor sacar a tu hijo de la situación y luego seguir los pasos 2, 3 y 4 una vez que estés de vuelta en casa.

¿Y si ocurre en público?

Su principal objetivo es evitar que este comportamiento se produzca en primer lugar, pero a veces puede desbordarse, sobre todo en momentos no previstos.

Los niños suelen arremeter cuando están con sus amigos o compañeros, ya que ambos buscan la expresión de sus emociones. Si ocurre en público y decides no elegir esta batalla, una simple disculpa al niño funcionará.

Si necesitas un castigo más severo, puedes poner a tu hijo en cuarentena hasta que sea apropiado que vuelva a jugar.

Paso 7: Rutina y estructura

La mejor manera de aprender a disciplinar a un niño que pega es mantener su mente ocupada en otras cosas. La estimulación es la clave a esta edad y un día lleno de actividad mantendrá su mente contenta y comprometida con mejores actividades de comportamiento.

Intenta mantener la misma rutina la mayoría de los días para que tu hijo sepa lo que va a pasar a continuación. Esta es una buena manera de fomentar el control, ya que tu hijo entenderá que a las 12.15 todos los días es la hora de comer, luego la hora de la siesta, luego la hora de jugar, etc.

Cuando tu hijo siente que tiene el control y es consciente de la actividad que viene a continuación, tiende a cumplir más peticiones y se muestra menos desafiante.

Aprender a disciplinar a un niño pequeño que no escucha y cómo disciplinar a un niño pequeño sin pegar ni gritar requiere tiempo y paciencia.

Planificar con antelación y ser proactivo es la clave. Recuerde que debe tratar de mostrar empatía a lo largo del camino a medida que su hijo alcance cada hito del desarrollo.

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